• 19 de abril de 2024

EDITORIAL-. España, Berlanga y el esperpento

Compartir:
La vaquilla (Luis García Berlanga, 1985) – El cine de Berlanga refleja como nadie una España caótica y bella, en la que lo mismo hay traidores en el Congreso y diputados que se equivocan al votar, que vampiros que te convierten en zombi si te muerden, detectives y sobre todo desorden y corrupción.

Como fieles herederos de una larga tradición trufada de esperpentos, los españoles tenemos una deuda eterna con Luis García Berlanga, cuyo cine plasmó como nadie esta España caótica y bella, en la que lo mismo hay traidores en el Congreso y diputados que se equivocan al votar, que vampiros que te convierten en zombi si te muerden, detectives y, sobre todo, desorden y mucha corrupción.

El espectáculo al que asistimos durante las últimas semanas en el ámbito de la política nacional, con altos cargos del PP acuchillándose en público pocos días después de una berlanguiana votación de la Reforma Laboral en el Congreso, con traiciones y errores, hubiera superado al propio Berlanga, que lo tendría difícil para realizar una película más esperpéntica que la propia realidad.

Tanto si Pablo Casado como Isabel Díaz Ayuso eran amigos antes y ahora no lo son, lo cierto es que ninguno de los dos debería desconocer el profundo calado del espectáculo que están dando en público, de imprevisibles consecuencias…o quizá no tan imprevisibles, porque como resultado de estas trifulcas barriobajeras en el PP, el peligroso partido VOX se está frotando las manos, pensando en los miles de votos que les caerán del cielo sin haber hecho méritos.

Berlanga y Azcona tardaron años en sacar adelante la película «La vaquilla» por diversos motivos, y quizá también porque el tema de la Guerra Civil española era difícil para tratarlo en tono de comedia. Sin embargo, el éxito de taquilla de la película demostró que muchos españoles tenían ganas de ver la interpretación de Berlanga de uno de los episodios más dolorosos de la historia de España. Así, asistimos a toda una serie de situaciones ridículas, que vienen a confirmar la maestría de Berlanga para reflejar aquel esperpento español que ya se describía desde Valle-Inclán, e incluso antes.

Como afirma Torres Begines: «su éxito en taquilla demostró la buena acogida entre aquellos que reconocieron el valor de realizar una película sobre la Guerra Civil desde una perspectiva ni partidista, ni pesimista, sino cómica» (1).

El escritor Camilo José Cela afirmó de su novela «La colmena»: “las cosas van… como van por la vida: atropellándose, confundiéndose…”, y en buena medida así es como funcionan las cosas en España, convirtiendo nuestra vida en una especie de montaña rusa, una comedia coral con diálogos que se entrecruzan y conclusiones muchas veces imprevisibles y casi siempre improvisadas.

Un voto de diferencia, y la Reforma Laboral que esperaban millones de trabajadores no hubiera salido adelante, se hubieran quedado a merced de empresarios que continúan aprovechándose de una fuerza laboral a la que en muchas ocasiones solo se considera carne para meter en la picadora.

El esperpento berlanguiano de la política nacional de las últimas semanas es un reflejo de la calle, de lo que votamos bien o mal, de los pequeños trapicheos o corruptelas que todos aceptamos a diario o hacemos la vista gorda porque, al fin y al cabo, la vaquilla es España y entre todos los españoles, con nuestra tendencia al esperpento, la estamos destrozando.

Bibliografía: (1) Torres Begines, C. (2012). El esperpento y el cine de Luis García Berlanga. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.

CANTABRIA DIARIO
Últimas entradas de CANTABRIA DIARIO (ver todo)
Compartir: