El Racing se acerca a la salvación al vencer al Valladolid en El Sardinero
- Cantabria
David Laguillo
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Buena segunda parte del equipo que remontó ante un Valladolid que jugó gran parte del segundo periodo con un jugador menos
Muñiz otra vez protagonista al realizar un doble cambio en el minuto veinticinco de la primera parte
El Racing sólo necesita un punto de los seis que quedan para la permanencia matemática
FICHA TÉCNICA:
Racing de Santander: Toño; Valera (Pinillos, min 26), Marcano, Christian (Edu Bedia, min 26), Sepsi; Munitis, Moratón, Lacen, Serrano (Tchité, min 70); Pereira y Zigic.
Valladolid: Asenjo; Baraja, Prieto (Sánchez, min 36), Iñaki Bea, Marcos; Rubio, Borja; León (Rueda, min 50), Víctor, Sesma (Canobbio, min 66); y Goitón.
Goles: 1-0, min 4. Serrano. 1-1, min 13. Víctor. 1-2, min 20. Goitón. 2-2, min 60. Pereira. 3-2, min 86. Zigic.
Árbitro:Rubinós Pérez (Colegio madrileño). Mostró cartulinas amarillas a Valera, Serrano, Pereira y Zigic por el Racing y a Bea (2), expulsado en el minuto 48, por el Valladolid.
El partido empezó de manera inmejorable para los cántabros, con el sacrificado Cristian iniciando jugada para que Lacen preste atención a la internada de Serrano por su banda que recibe en posición ventajosa para levantar el balón por encima del meta del Valladolid de manera tan suave como magistral y lograr el primero de la tarde (su quinto de la temporada) para los santanderinos. Tras la primera impresión, los pucelanos querían inquietar a Toño a base de forzar faltas y saques de esquina, mientras Moratón y Pereira sembraban inquietud en la zaga violeta con dos aproximaciones al área, sin consecuencias. Consecuencia pudo tener una clara mano fuera del área del meta Asenjo que los colegiados obviaron.
Derrumbe racinguista
Un minuto después, Valera fallaba clamorosamente en el despeje para que Víctor empatara el encuentro e hiciera descomponerse a la defensa del racing, que a partir de este momento se descolocó por completo, habilitando a Gritón en el 17 para que este no supiera rematar a gol. Marcano quiso devolver el favor no sabiendo sacar el balón jugado para habilitar a Sesma que envió al centro del área para que esta vez sí, el delantero del Valladolid subiera el segundo al marcador en el minuto 20 de juego.
Cinco minutos más tarde, Muñiz deshacía su propia apuesta y mandaba a la ducha a un enfadadísimo Cristian y a un resignado Valera para colocar a Bedia de medio centro y al defensa central Moratón de eso mismo. Cobardía del técnico disfrazando sus propios errores para sacrificar a sus pupilos, cosa que así entendió la grada abroncando el doble y arriesgado cambio.
El Valladolid aprovechaba el desconcierto y contemporizaba, mientras el Racing se perdía en el habitual envío de balones colgados a la cabeza de Zigic con la única aportación de calidad de Serrano, que se reivindicaba como titular con sus internadas por banda y envíos al área que no encontraban rematador. Pinillos remataba alto un envío de Munitis de saque de esquina en el 41 y el del Pesquero remataba también alto una dejada de cabeza de Zigic.
El Racing, favorecido por la superioridad numérica, mejor en la segunda parte
Tras el descanso, apareció otro Racing más ambicioso en la reanudación, de forma que a los 22 segundos de juego, Pereira desperdiciaba una gran oportunidad enviando el balón al lateral de la red. Dos minutos más tarde Bea era expulsado y el Racing veía luz al final del túnel pese a los reflejos de Medilíbar, que cambió táctica para intentar mantener el resultado. Munitis botaba con mucho peligro una falta en el seis, Bedia remataba a las manos de Asenjo en el 11 y Zigic y Lacen en dos oportunidades consecutivas un minuto más tarde forzaban al meta a intervenir para evitar el empate, que no pudo evitar en el 20, tras una nueva internada de Serrano que enviaba un balón medido para el remate de Pereira: quinto gol del gallego, partido empatado y con tiempo y espacios por delante. Bedia tocaba como siempre, con criterio y al primer toque y se me antoja como nueva estrella emergente de la cantera cántabra, si no se le desperdicia, silba o sacrifica sin motivo. De cederle el año que viene, ni hablamos, espero. Cuando todos confiábamos en el acierto de un entonado Serrano para aprovechar esos espacios, Muñiz se debió dar cuenta que hacía un rato que pasaba desapercibido y anunciaba el cambio del mejor del Racing hasta el momento por Tchité (que poco o nada aportaría al juego): perplejidad, resignación… no se que reflejaba la cara de Óscar camino del banquillo, mientras la grada aceptaba el órdago de Muñiz y respondía con una nueva pitada al técnico astur.
El Valladolid se atrincheró atrás enviando mil balones a Goitón quien obligó a Marcano a mejorar su hasta entonces regular juego y ganarse otro doctorado en la dura pugna con el delantero, brillante en el juego aéreo y fuerte en el uno contra uno. Mientras tanto Tchité obligaba a lucirse a Asenjo en el 34, para compensar, el meta que dicen será del Atlético la próxima temporada fallaba en la salida al enésimo balón colgado a sus dominios para facilitar el decimosegundo gol de Zigic, una vez más de cabeza y una vez más propiciador de tres puntos para el equipo, que dejan casi casi dejan sellada la permanencia y evitan la tremenda bronca que se avecinaba en El Sardinero, diluida por el festejo de la victoria y, sobre todo, la altísima megafonía del estadio.
Sin embargo, la alegría por la victoria no debe ocultar el desacierto del técnico racinguista, en constante conflicto con la grada y con reiteradas faltas de delicadeza hacía sus jugadores, que ya ni siquiera se molestan en ocultar sus enfados por las decisiones del entrenador. Pernía debe decidir el camino a seguir para la próxima temporada, donde contando con las dificultades económicas del club, la estabilidad del vestuario y la aportación de los jugadores de la casa se antoja imprescindible. Pero mientras tanto, no hay que olvidar que el objetivo no está matemáticamente logrado y la próxima semana el equipo debe certificar la permanencia puntuando en casa del desesperado Huelva para afrontar con calma el emocional partido de despedida frente al Getafe en El Sardinero.
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