La naturaleza manda…
{xtypo_dropcap}S{/xtypo_dropcap}i algo deberían enseñarnos las catástrofes naturales, como la más reciente del huracán Sandy en Nueva York, y muchas otras, es que nuestra insignificancia es mayúscula pese a que el ser humano se arroga a sí mismo una prepotente superioridad.
La naturaleza manda, y cuando esta se desboca, de nada sirven los artificiales muros de contención. Los naturalistas saben que un río siempre vuelve a su cauce, y por eso desaconsejan construir en esas zonas pese a que se haya desviado de forma artificial el curso del río.
Muchas veces, hasta que no llega la tragedia no somos conscientes de que vivimos de prestado en un bello planeta que, cada día, hacemos méritos y más méritos para destruir.
