Revilla pide a la Bien Aparecida salud para desarrollar su trabajo con intensidad
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David Laguillo
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- Miguel Ángel Revilla, que ha subido a pie el último tramo, ha compartido con la casi totalidad de su Gobierno y otros cientos de personas los actos litúrgicos y festivos en honor de la patrona de Cantabria
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha acudido en la mañana de hoy al santuario de la virgen Bien Aparecida, al que ha llegado a pie al cubrir andando el último tramo del camino.
A pesar de la amenaza de lluvia, se han podido contar por centenares las personas que han acudido a esta cita desde las primeras horas de la mañana. Con ellos el presidente, la casi totalidad de su Gobierno y numerosos alcaldes cántabros, han compartido los actos litúrgicos, que por vez primera ha presidido el nuevo obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, y los actos festivos organizados en este santuario de Hoz de Marrón.
Entre los presentes se encontraba la vicepresidenta del Gobierno, Rosa Eva Díaz Tezanos y los consejeros de Presidencia y Justicia, Rafael de la Sierra; Obras Públicas y Vivienda, José María Mazón; Economía, Hacienda y Empleo, Juan José Sota; Educación, Cultura y deporte, Ramón Ruiz, e Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín; la presidenta del Parlamento, Dolores Gorostiaga; el expresidente de Cantabria, Ignacio Diego, y el Delegado del Gobierno, Samuel Ruiz.
Ante el santuario de La Bien Aparecida, Miguel Ángel Revilla ha expresado sus deseos de que la salud le acompañe “para que pueda llevar a cabo mi trabajo con la intensidad con que lo estoy llevando hasta ahora” y para poder seguir acudiendo a esta celebración como ha hecho siempre, “pero no porque sea presidente”, según ha matizado.
“He venido de presidente ocho veces, de vicepresidente otros ocho, de civil otros veinte”, ha afirmado Revilla, quien cree “no haber faltado nunca en este día durante los últimos treinta años”. Desmintiendo lo que algunos dicen, “que Revilla va a las romerías para que la gente le conozca y le vote”, el presidente ha argumentado que hubo un tiempo en que no se dedicaba a la política ni pensaba en ello y, sin embargo, acudía igualmente “porque me gusta el contacto con la gente”.
“Se aprende mucho más del contacto con las personas que en el despacho”, ha afirmado Miguel Ángel Revilla, quien, por la misma razón, ha recordado su intención de desplazarse hoy mismo al concurso de bolos de Bielva y mañana, “llueva o no llueva”, a la subida en albarcas a San Cipriano. El presidente ha dicho tener anotadas unas sesenta y ocho fiestas anuales a las que no falta que son, según ha asegurado, “sesenta y ocho fiestas de mi calendario en las que la gente sabe dónde encontrarme. Y ésta, la de La Bien Aparecida, es una de ellas”.
Un santuario del siglo XVIII
La construcción de este santuario de la virgen Bien Aparecida, ubicado en una colina a cinco kilómetros de la localidad de Ampuero, se remonta a comienzos del siglo XVIII, siendo sus cinco retablos obra de la escuela de artistas trasmeranos. De ellos, se conservan en la actualidad tres, habiendo sido trasladado uno de los restantes a la catedral de Santander en 1955.
Según la tradición, en el año 1605 unos niños pastores encontraron en una ventana de la ermita de San Marcos, situada entonces en esta colina, una pequeña imagen de la Virgen María. El hecho tuvo una gran repercusión en toda la región y pronto se inició una afluencia de romeros a la montaña de Somahoz, naciendo así este importante Santuario Mariano.
La Imagen, de 21 centímetros de altura, es de madera policromada y su origen puede datar del siglo XV, y está encuadrada por los especialistas en el estilo hispano-flamenco.
La advocación de la Bien Aparecida se desarrolla íntimamente ligada a los montañeses nativos y especialmente a todos aquellos que emigran hacia otras tierras, sobresaliendo los emigrantes a América y los residentes en Madrid. Estos últimos determinaron en 1752 fundar en Madrid la Congregación de Nacionales de la Montaña, bajo el patronazgo de la Bien Aparecida, imagen que veneraban en la Iglesia de San Felipe Real.
Oficialmente, este Patronazgo de la Bien Aparecida sobre la Diócesis y región de Santander, no quedó constituido hasta el año 1905, bajo el Papado de San Pío X. Desde el año del Patronazgo se hacen cargo del santuario los Padres Trinitarios. En 1955 tuvo lugar la Coronación Canónica de la Imagen, en una solemnísima ceremonia celebrada en la Plaza de las Estaciones de la ciudad de Santander.
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