• 29 de abril de 2024

EDITORIAL-. Periodismo, hechos y contexto

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Durante la pasada pandemia de COVID-19 algunos cuchitriles digitales cántabros, nacidos al abrigo de la facilidad del arte de la rapiña en Internet, robaron fotografías de CANTABRIA DIARIO para ilustrar sus artículos vertidos desde la comodidad de un sofá.

La pandemia trajo miedo e incertidumbre, en una lógica posición de desasosiego ante una amenaza vírica global para la que no estábamos preparados. También nos dejó una serie de imágenes impactantes, con situaciones que jamás pensaríamos ver en nuestras tranquilas ciudades y nuestros pacíficos pueblos, como militares patrullando por las vacías calles de Torrelavega, entre muchas otras fotografías.

La pandemia tuvo, además, un efecto colateral en la forma en la que los ciudadanos se informan: mientras una parte de la población optó, por desgracia, por desinformarse a través de plataformas alternativas a la «versión oficial», a través de «influencers», falsos periodistas y canales marginales como Telegram y otras vías de propagación de bulos, muchos otros ciudadanos se dieron cuenta del alto valor añadido del contenido elaborado y difundido por periodistas.

Porque para contar noticias hace falta saber los hechos y las cosas, pero también las causas de las cosas.

Soldados patrullan calles vacías de Torrelavega durante la pandemia de COVID-19 - (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO
Soldados patrullan calles vacías de Torrelavega durante la pandemia de COVID-19 – (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO

La experimentada periodista cántabra Nieves Bolado, en una reciente entrevista en CANTABRIA RADIO, dejó claro que para hacer periodismo «hay que estar en la calle» y animó a los jóvenes periodistas a levantar la cabeza de las pantallas.

Esto confronta de forma directa con la actividad basada en pantallas, en redes y en «viralidad», algo que de forma preocupante han interiorizado muchos periodistas jóvenes.

Vacunas en el Palacio de Exposiciones de Santander en abril de 2020 - (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO
Vacunas en el Palacio de Exposiciones de Santander en abril de 2020 – (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO

El periodismo ciudadano no existe

En las pantallas la mayoría de las veces recibimos una alerta en forma de testigo. Un usuario cualquiera de las Redes Sociales presencia un hecho y lo fotografía, lo graba en vídeo o lo narra desde su particular punto de vista.

Al carecer del contexto y del valor de la actividad profesional del periodista, ese testimonio debe ser contrastado y completado porque la voz que narra, como fuente, ese hecho noticioso, no es pura y está bañada por la subjetividad del internauta.

Las noticias necesitan datos, pero también contexto, algo ausente en la mayoría de relatos que se vierten en las redes sociales. Para aclarar el contexto el periodista necesita también las otras voces de la noticia, para formar un relato sólido de lo sucedido realmente.

«El peligro surge cuando lo que se hace circular por las redes sociales son informaciones sesgadas y no verificadas que solo contribuyen a agravar el estado actual de confusión informativa en que se encuentra inmersa la ciudadanía a principio de la década de 2020», Benaissa Pedriza, S. (2021). Prosumidores y redes sociales: manifestaciones del nuevo periodismo ciudadano.

Calles solitarias de Santander durante la pandemia de 2020 - (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO
Calles solitarias de Santander durante la pandemia de 2020 – (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO

También en fechas recientes, la decana del Colegio de Periodistas Olga Agüeros reflexionaba en CANTABRIA RADIO sobre la situación del periodismo.

El periodismo es un oficio siempre inmerso en constantes crisis, tanto tecnológicas como económicas y de credibilidad, pero no ha sido hasta la irrupción generalizada de Internet cuando cualquier persona, con o sin cualificación, puede emitir opiniones y obtener una repercusión antes nunca vista con aquello de «no lo verás en los medios de comunicación», cuando lo cierto es que la inmensa mayoría de las veces los medios no lo publican porque es falso.

«La diferencia entre el periodismo profesional y el ciudadano radica en que el periodismo ciudadano no tiene la obligación de informar, el periodista sí, por ello la responsabilidad de contrastar la información. Existen defensores que otorgan un gran valor al “periodismo ciudadano”, considerándolo como un motor de cambio en la sociedad; más, sin embargo, hay que tener presente que la información en reiteradas ocasiones pueden ser noticias falsas», (Landeta Bejarano, Z., Salamea Limones, V., & Montecé Mosquera, F. (2020). Redes Sociales y Periodismo Ciudadano: Investigación Documental. Journal of Science and Research, 5(1), 149–164).

Control de la Guardia Civil en Laredo para evitar que los ciudadanos rompieran el confinamiento sin causa justificada - (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO
Control de la Guardia Civil en Laredo para evitar que los ciudadanos rompieran el confinamiento sin causa justificada – (C) Foto: David Laguillo/CANTABRIA DIARIO

Pandemia de bulos

Por desgracia, la pandemia empujó a muchas personas a desinformarse a través de canales marginales de Telegram, cadenas de bulos de WhatsApp y dudosos portales de falsas noticias que hicieron su agosto al abrigo del eslogan «lo que los medios de comunicación no te cuentan».

Bajo frases como «lo que la prensa te oculta», muchas veces se esconden espurios intereses de confundir a la Ciudadanía para venderles cualquier falso remedio para la COVID-19, o para influir en su voto en las elecciones, entre otros intereses ocultos detrás de esas campañas de desinformación.

Con la pandemia florecieron los bulos, los timos sanitarios, la falsa ciencia y la posverdad, convirtiendo a la Red en una enorme esfera de nodos conectados telemáticamente, como una gran Esfera de Platón con individuos que viven en su caverna de bulos y perciben las sombras como si fueran la auténtica realidad.

Entre los bulos más difundidos durante la pandemia destacan, entre otros, varios grandes grupos con rumores y teorías conspirativas sobre el origen, expansión y letalidad del virus; las recomendaciones y prácticas curativas; la gestión de la pandemia por parte de las administraciones públicas y organismos internacionales, y más tarde llegaron las elucubraciones y delirios sobre las vacunas. (Pérez Curiel, C. y Casero Ripollés, A. (2023).

Como conclusión podemos afirmar que el periodismo profesional es más necesario que nunca porque una sociedad bien informada es, ante todo, una sociedad libre.

Pérez Curiel, C. y Casero Ripollés, A. (2023). La lucha contra la desinformación en la sociedad post-pandemia: un reto para el periodismo y más allá. Espejo de Monografías de Comunicación Social, 11, 83-98. https://doi.org/10.52495/c4.emcs.11.p98.
Pérez Curiel, C. y Casero Ripollés, A. (2023). La lucha contra la desinformación en la sociedad post-pandemia: un reto para el periodismo y más allá. Espejo de Monografías de Comunicación Social, 11, 83-98. https://doi.org/10.52495/c4.emcs.11.p98.

Bibliografía:

-Pérez Curiel, C. y Casero Ripollés, A. (2023). La lucha contra la desinformación en la sociedad post-pandemia: un reto para el periodismo y más allá. Espejo de Monografías de Comunicación Social, 11, 83-98. https://doi.org/10.52495/c4.emcs.11.p98

-Benaissa Pedriza, S. (2021). Prosumidores y redes sociales: manifestaciones del nuevo periodismo ciudadano.

-Landeta Bejarano, Z., Salamea Limones, V., & Montecé Mosquera, F. (2020). Redes Sociales y Periodismo Ciudadano: Investigación Documental. Journal of Science and Research, 5(1), 149–164. Recuperado a partir de https://revistas.utb.edu.ec/index.php/sr/article/view/761

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