Políticamente incorrecto, y a mucha honra
La verdad es que, en ocasiones, el ciudadano medio puede terminar un poco harto de tanta corrección política. Esta semana, olvidando los ligeros asuntos locales, hemos asistido a algunas pequeñas ‘trifulcas’ entre Arturo Pérez Reverte y sus ‘seguidores’ en esa pintoresca red social que limita los textos a cortos mensajes.
A Reverte, a quien conocí brevemente en Bilbao -le daban un premio y allí estaba yo, cámara en ristre, como corresponsal de una agencia, para fotografiar el evento-, le sobra arrojo para decirle a sus miles de seguidores del ‘Twitter’ cualquier cosa o más, ya que da la sensación de que le importa, vulgarmente escrito, ‘un carajo’ lo que opine la gente de él.
Él es ‘políticamente incorrecto’ pero ante todo honesto. Dice lo que piensa, y aunque en ocasiones se pueda exceder, la gran virtud de la honestidad lo sitúa por encima, muy por encima, de cualquier ‘gili progre’ de tres al cuarto que se ofenda con cualquier peregrina ventosidad lingüística que ‘pueda ofender’ al colectivo ‘tal o cual’.
Quizá Reverte se haya excedido en sus insultos contra Moratinos, pero no podemos negarle su total honestidad, sangrantemente expresada sin ningún tipo de filtro. Tal como le sale de sus tripas. Ahí radica, entre otras muchas virtudes literarias, la grandeza como autor de Arturo Pérez Reverte, y por lo tanto, las supuestas llamadas a boicotear los libros de Reverte no tendrán, por suerte, efecto ninguno en sus ventas. Porque su lector medio es mucho más inteligente que cualquier ‘gili progre’ de tres al cuarto.
Y ahora, otra sobre los puros. Si a toda esta historia de Reverte y su manifiesta incorrección política le añadimos un escenario hipotético, como por ejemplo que al Ministerio de Sanidad se le ocurriera, hipotéticamente, pedir a la cadena Nitro (en TDT) la retirada de la mítica serie ‘Colombo’ porque el protagonista fuma puros en horario infantil, el tema de la corrección política se pone todavía mucho más peliagudo.
Para quienes nunca vieron ‘Colombo’, descubrirían que casi nunca se ve a Peter Falk fumando de verdad el puro, porque casi siempre está apagado. Aún más, hay que tener en cuenta que ‘Colombo’ es un verdadero clásico de las series de televisión y que es mucho menos agresiva que buena parte de los dibujos animados actuales destinados al público infantil.
Siguiendo esta fétida corriente de lo ‘políticamente correcto’, nos atreveríamos incluso a crear una hipótesis todavía mucho más terrible, peligrosa y rocambolesca: ¿se plantearán prohibir o cortar la película ‘Casablanca’? No debemos olvidar que esa cinta clásica y mítica, tanto Humphrey Bogart como buena parte del reparto se pasan casi la totalidad de la duración de la película fumando y bebiendo como cosacos.
Por favor, un poco de mesura en las prohibiciones, y más flexibilidad con las pasiones humanas, muchas de ellas ya históricas y reflejadas en auténticos mitos del arte.
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