El cara plasma
Tenemos un presidente que es un cara plasma. No es ningún menosprecio, es una descripción objetiva de la forma que ha elegido para comunicarse con la ciudadanía. Se ha dirigido a los periodistas, atrapados como en una burbuja temporal que trasladaba la libertad de prensa hasta 1984 de aquel visionario George Orwell.
Comunicarse a través de un plasma no es el problema principal, al fin y al cabo lo hacen constantemente cuando hablan por televisión. Los problemas de fondo son el desprecio, es pensar que no va a pasar nada por hacerlo, y que la gente a la que te diriges es igual de pasiva tanto si les dices las cosas, como si no dices nada o cuentas medias verdades a través de un televisor de plasma.
Además, el hecho vuelve a dejar en evidencia la cada vez más grande distancia entre el gobierno y los ciudadanos. Algo que es, en sí mismo, un verdadero peligro.
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