• 24 de diciembre de 2025

EDITORIAL-. España se ahoga en la censura por el fútbol

LALIGA se carga miles de webs legítimas, incluso recursos sanitarios, con la excusa de la piratería durante sus partidos

El año 2025 finaliza con una nación democrática como España sumida en la triste lista de países que el observatorio contra la censura digital OONIPROBE recoge, compartiendo podio con China, Corea del Norte, Venezuela y tantos otros lugares donde la Libertad de Expresión está permanentemente amenazada. Por si ese vergonzoso vecindario no fuera suficiente para reflejar una pobre situación de las libertades en España, lo cierto es que la censura no se realiza para defender un régimen.

En el caso que nos ocupa, la censura es mucho más grave todavía al llevarse a cabo para defender los intereses comerciales de una empresa privada como LALIGA, quien obtuvo una «torticera» sentencia que les permite tumbar miles de webs legítimas con cada partido. Unos intereses puramente mercantiles y comerciales que, a juicio del juez César Amabilio Suárez Vázquez, deben prevalecer por encima de miles de empresas legítimas que también comparten un espacio digital escaso.

Más grave es todavía que los constantes cortes de direcciones IP hayan afectado durante 2025 a recursos sanitarios y webs de Salud de todo tipo, con el lógico peligro para la vida de una pluralidad indeterminada pero masiva de personas. Si estos cortes generan daños a personas, alguien deberá pagar por ello. Con la cárcel.

Y más teniendo en cuenta que los impulsores y ejecutores de los bloqueos masivos ya son conscientes de estos cortes a webs sanitarias inocentes, lo que podría añadir dolo a la acción lesiva.

Así las cosas, finaliza 2025 y España tiene poco que celebrar en el ámbito de las Libertades, tanto de Expresión como Libertad de Empresa, ya que se está permitiendo a una empresa privada cortar medio Internet en España cuando hay fútbol, lo cual sitúa a nuestro país en una triste y lamentable posición donde unos millonarios en calzoncillos pasan por encima de los derechos fundamentales de millones de personas.

Además, el Gobierno se encarga de difundir hipócritamente el KitDigital y muchas otras acciones en el ámbito tecnológico a través de sus apáticos organismos como RED.ES y otros «observatorios que observan», mientras la realidad contradice la propaganda al existir un entorno actual repleto de incertidumbres e inseguridad jurídica en la Red.

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